La postmodernidad: discursos y prácticas.

Bienvenid@s! hoy comparto un texto que escribí en el 2016 sobre la postmodernidad, la educación social, la política y la vida en general, para la asignatura de Derechos Humanos y Marcos Legales de la Educación Social. No es una explicación de lo qué es la postmodernidad (podéis buscarlo en Wikipedia), sino una visión general del sistema "democrático" desde mi punto de vista, basándome en  diferentes autores. 


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La postmodernidad: discursos y prácticas.

Escrito por: Judith Arévalo

En estos momentos actuales, la modernidad, con sus valores sobre la confianza de la razón humana y el consenso, se difuminan sobre la implacable fuerza de la postmodernidad y la crisis de valores de esta nueva era. 

Guerra y paz, amor y odio, orden y desorden, individual y colectivo... La postmodernidad nos genera una dualidad entre conceptos, como indica López Petit (2009), “Estamos ante un continuum indiscernible en el que se mezclan interioridad y exterioridad, guerra y paz, orden y desorden. No existe la coyuntura.” (p.15). Estas dualidades nos generan incertezas, nada es certero en este momento. Nuestro papel, como educadores y educadoras sociales, es dar o intentar dar, certezas a las personas de que el cambio es posible, evitar las fatalidades, como diría Freire (1997) “La afirmación de que 'las cosas son así porque no pueden ser de otra forma' es odiosamente fatalista pues decreta que la felicidad pertenece solamente a los que tienen el poder.” (p. 26).

Nuestra movilización contra el sistema político global, pasa por odiar nuestra vida, la vida de la precariedad. “Tenemos que reapropiarnos del odio. El precario tiene que odiar su vida, tiene que ser capaz de levantar una demarcación entre lo que quiere vivir y lo que no está dispuesto a vivir.” (López Petit, 2009, p. 20). De esta manera, seremos conscientes de lo que nos esta sucediendo y de lo que podemos hacer, no dejarnos vencer por las incertidumbres y el miedo, no perder nunca la esperanza de un cambio a mejor. Si todo ello se debe llevar a cabo desde la revuelta social, estamos en nuestro derecho. Como afirma el preámbulo de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (1948), “Considerando esencial que los derechos humanos sean protegidos por un régimen de Derecho, a fin de que el hombre no sea compelido al supremo recurso de la rebelión contra la tiranía y la opresión”.

Aunque no vivamos en una dictadura reconocida, da la impresión de que estamos sumergidos en una dictadura encubierta. Los Estados aplastados por las presiones de los mercados financieros, sometidos a su poder, ejercen una violencia encubierta y estructural. Se reproducen las posiciones de desigualdad de poderes, unos opresores y otros oprimidos y la gran mayoría somos los oprimidos.

Puede que en algunos casos, los opresores no usen la violencia física, pero la violencia estructural o simbólica, la vemos cada día; en las tasas de paro, los desahucios a familias enteras, las nuevas leyes que se implantan, como la ley Mordaza, el rescate a los bancos, la falta de becas de comedores, las altas tasas que hay que pagar para ir a la universidad, y un largo etcétera, de medidas encubiertas de forma legal, pero no legitimas para la mayoría de la población. Los gobiernos han perdido, y se han vendido a los sistemas de mercados financieros neoliberales, así nos lo recuerda Gabriel Sanz (2013) “Los sistemas políticos de las democracias liberales, sus Estados, sus partidos políticos, se van convirtiendo paso a paso en instrumentos en manos del capital financiero para imponer su voluntad, no para servir a la voluntad democrática de la ciudadanía.” (p.142). Los intereses individuales priman por encima los intereses de los común .

Estos días, de finales de año, se nos informaba de una gran noticia, el salario mínimo interprofesional (SMI) ha subido, un 1%, traducido en 6,6€ (ver El Periódico, del 29 de diciembre del 2015, en línea en: http://www.elperiodico.com/es/noticias/economia/salario-minimo-smi-subida-aumento-sube-2016-4782161). Una vergüenza inaceptable, ¿podemos decir que esto no es violencia? El artículo 35 de la Constitución Española, asegura un trabajo y sueldo digno para poder cubrir las necesidades individuales y familiares, ¿quién puede cubrir sus necesidades básicas con un SMI de 655,20€? esto es lo que suele valer un alquiler en Barcelona. En este mismo artículo, los sindicatos CCOO y UGT nos recuerdan que España incumple la Carta Social Europea “(...) que determina que el SMI sea del 60% del salario neto medio, un nivel equivalente a más de 1.200 euros.” (Fuentes, 2015).

Los discursos hegemónicos, que escuchamos a pie de calle y que transmiten los medios de (des)información, fomentan la insolidaridad común y el miedo a la libertad. Continuamente escucho a mi alrededor afirmaciones como; al menos tienes trabajo, pero a qué precio, a estar explotados por empresarios a costa de salarios precarios, cuando no en negro, trabajando doce horas por salarios ridículos... Pero seguimos con la anterior afirmación. “Así aceptamos, o acepta la mayoría de la población, el discurso de que preferimos ser explotados que desempleados, que los pobres serán menos holgazanes si reciben menos subsidios, de que los ricos si pagan menos impuestos serán más emprendedores.” (Sanz, 2013, p.126). Estos son discursos de derechas fascistas neoliberales, que apuestan por la explotación del proletariado y el enriquecimiento de los ricos, y que calan en la población reproduciendo estos discursos.

Los medios de (des)información, como expresa Muniesa (2009) “(...) el uso de los medios de información para desinformar, confundir y atemorizar a la sociedad civil.” (p.102), utilizan todas sus artimañas para infundir el miedo y hacernos creer que gobiernos y Estados son los que nos salvaran del hundimiento económico y democrático. Que las guerras son para defender los derechos humanos y la amenaza terrorista internacional, sera un velo que colocaran para encubrir las atrocidades que comete la OTAN “(...) que bajo la excusa de preservar la paz mundial, la democracia o con el argumento de los DDHH se esgrime con intenciones de estigmatización política de los adversarios y de acuerdo con la estrategia geopolítica dominante.” (Sanz, 2013, p.130). Además, los mass media intentarán desacreditar cualquier movimiento social y lo etiquetarán de antisistema, radicales o terroristas. Como podemos ver con la criminalización hacia algunos partidos políticos asamblearios que no creen en el sistema actual democrático y en los valores neoliberales que promulga la derecha e incluso aquellos partidos que se denominan de "izquierdas".



Referencias

Bergalli, R., Delgado, M., Garcés, M., Horta, G., Izard, M., López Bargados, A., … Muniesa, B. (2009). La humillación. Técnicas y discursos para la exclusión social. Barcelona: Bellaterra.
Freire, P. (1997). A la sombra de este árbol. (3a ed.). Barcelona: El Roure.
Fuentes, A. (29 de diciembre del 2015). El salario mínimo apenas subirá 6,6 euros al mes en el 2016. El periódico. Recuperado de. http://www.elperiodico.com/es/noticias/economia/salario-minimo-smi-subida-aumento-sube-2016-4782161
Montané, A, y Sanchez-Valverde, C. (Coords.). (2013). Derechos humanos y educación social. Valencia: Germania.
ONU. (1948) Declaración universal de los derechos humanos. Recuperado de: http://www.un.org/es/documents/udhr/


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